¿Quién soy yo? Buena pregunta. Soy el belga Kristof. Un europeo que vino a Argentina a principios de siglo para estudiar derecho y acabó quedándose… porque sí, pasaron cosas. Si estás buscando un abogado, estás en el sitio equivocado. Pero si querés reírte un rato con mis aventuras como comediante en Buenos Aires, estás exactamente donde tenés que estar.
De Estudiante de Derecho a Estudiante de Malentendidos
Vamos a comenzar por el principio. Imaginame, un joven belga, sentado en un aula fría en Lovaina, rodeado de libros de derecho y con el mismo entusiasmo que uno tiene al mirar una página en blanco después de seis horas de Zoom. Pero la ley y yo nunca fuimos amigos íntimos. Mientras mis compañeros discutían sobre jurisprudencia, yo me imaginaba cómo sería la vida en un lugar más caótico. No me preguntes por qué elegí Argentina. A veces las decisiones más importantes se toman con la misma lógica que un borracho elige su próximo trago: “porque sí”.
Llegada a Buenos Aires: El Choque Cultural
Cuando llegué a Buenos Aires, pensé que sabía español. Después de todo, ¿qué tan difícil podría ser? Muy, muy difícil, resulta. Mi primera gran aventura fue entender la famosa pregunta “¿Sos o te hacés?”. No me la esperaba durante un primer beso con una argentina, pero así es el romance porteño: directo, desafiante y, a veces, confuso. Al principio pensé que estaba participando en algún tipo de examen filosófico sobre mi identidad. No fue hasta más tarde que entendí que lo único que buscaba era saber si estaba nervioso o directamente perdido.
El Stand Up Club: La Cueva del Belga Kristof
Luego, mientras aún trataba de diferenciar el “vos” del “tú”, decidí fundar el Stand Up Club. ¿Por qué no? ¿Qué es lo peor que podía pasar? Bueno, lo peor era que nadie viniera, y eso casi sucedió al principio. Pero hoy en día, con capacidad para 46 personas, se llena casi todos los fines de semana con mi show “Sí, Mi Amor!“. Marina Tanzer, mi ex y madre de mis hijas, sigue siendo mi cómplice de escenario. La gente se ríe no solo de nuestras bromas, sino también de la ironía de dos personas que ya no están juntas, pero siguen compartiendo el mismo escenario… y la custodia compartida de dos niñas.
Padre Belga en Tierra Gaucha
Ah, sí, soy padre de dos nenas. Eso es importante mencionarlo, aunque no hace falta dramatizar. La vida en Buenos Aires ya tiene suficiente drama por sí sola, con o sin hijos. Imaginate manejar la logística de dos pequeñas mientras intentás mantener tu carrera de comediante en marcha en un país donde la inflación cambia más rápido que el clima. A veces siento que mi vida es una especie de reality show: un belga que intenta sobrevivir al caos argentino mientras lidia con pedidos de helado a medianoche y lecciones de matemáticas que no entiende.
Reflexiones de un Belga Perdido (y Encontrado) en Argentina
Entonces, ¿qué es ser un belga en Argentina? Es un desafío diario lleno de sorpresas, un poco de caos y muchas carcajadas. Es una mezcla de intentar decir “chau” sin que suene a “ciao” y de descubrir que en el fondo, uno se termina enamorando del desorden. Sí, dejé Bélgica buscando un poco de vida y encontré una montaña rusa de emociones y situaciones que ni el derecho podría explicar.
¡Me gusta hacer reír! Shows y Libros
Si te quedaste con ganas de más, podés venir a verme en vivo en mi show “Sí, Mi Amor!” junto a Marina Tanzer, donde exploramos con humor las complejidades de las relaciones de pareja.
También podés descubrir mis libros “Un Belga en Argentina“, donde cuento más sobre mis aventuras y malentendidos en esta tierra tan particular.